En Villa de la Fuente la droga circula a raudales, las palizas son el pan de cada día en los bares y las casas, el dinero escasea y el futuro no es algo a lo que aspiren muchos jóvenes. Allí pasó su infancia y adolescencia Álex, un chaval que aprendió a combatir sus inseguridades con coca, hostias y punk y que, muchos años después, aún paga las consecuencias.
Parecía difícil que Juarma (Granada, 1981) pudiera superar la brillantez de su primera novela “Al final siempre ganan los monstruos” (Blackie Books, 2018), pero lo ha hecho con creces en su segunda obra, «Punki» (Blackie Books, 2023). Ambas presentan un retrato crudo de una juventud que padece tantos problemas como los que crea, y no es la única similitud: las dos novelas están ambientadas en el mismo pueblo ficticio de Granada, y varios personajes que en aquella eran protagonistas ahora reaparecen como secundarios o figurantes.
Sin embargo, si en el primer libro teníamos un reparto coral de historias entrelazadas, en «Punki» el relato se centra en Álex, un tipo atormentado, irascible y con problemas de drogadicción, que trata de enderezar su presente mientras rememora su pasado. De esta manera, la narración entremezcla capítulos en un tiempo actual inestable, en el que todo está a punto de irse por la borda en cualquier momento —familia, salud, trabajo, libertad y hasta la propia vida—, con el relato de su juventud en Villa de la Fuente, introduciendo en ambos grandes dosis de intriga —en ocasiones con insistencia— para mantener nuestra atención al tiempo que entendemos la evolución del protagonista.
La historia de Álex es la de un personaje abocado a la tragedia, marcada por esas dos constantes insoslayables en su vida: la violencia (“La violencia se asumía como algo usual en nuestro entorno. No había nadie que te explicase que eso no era normal”) y la droga (“Me obsesioné con las sustancias porque era lo único a lo que podía agarrarme”). Pero en la configuración de su carácter encontramos otras particularidades no menos importantes, como su afición por la música y el dibujo como vías de escape, las magulladuras que deja una historia de amor fracasada antes de empezar o, también, su bisexualidad.
No es algo tan común encontrar un protagonista bisexual en la literatura “generalista” y menos de esta forma. Aunque sus relaciones homosexuales están en sus inicios enmarcadas por el secretismo propio de la época y por la sordidez del contexto, en la evolución de Álex descubrimos a un bisexual sin complejos, ajeno a la desconfianza a la que siempre se enfrenta esta etiqueta, y con una filosofía clara en una época en la que no se concebía la fluidez en la orientación sexual: “Ni yo mismo tenía claro si me gustaban los hombres o no. Las primeras veces sentía curiosidad. Quería probarlo todo y luego quedarme con lo que me gustase, sin estar condicionado por las ideas y los prejuicios de otros”.
Si bien el entorno marginal, desestructurado e intimidatorio en que se desarrolla la adolescencia del protagonista nos puede recordar a “Un lugar para Mungo” (Douglas Stuart, 2022), la reacción agresiva y brutal a ese contexto nos acerca más a la genial “Revancha” (Kiko Amat, 2021). Sin embargo, no hay mayor ni mejor referencia que la que el propio Juarma ha creado en su universo de Villa de la Fuente en lo que esperamos que sea un ciclo con larga continuidad.
PUNKI de Juarma. Año de publicación: 2023. Editorial: Blackie Books. 344 páginas. ISBN: 978-84-19172-92-1
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