Horizontes de grandeza en las cumbres literarias en español del paisaje LGTBIQ+ de 2024. Un panorama heterogéneo por el que asoman autores distinguidos, autoras transgresoras que alumbran párrafos centelleantes, escritores nóveles con un dulce porvenir y novelistas de encanto bizarro dispuestos a aplicar auditorías a la norma.
Dos jóvenes chilenos en los 80 entonan la canción pop perfecta. Duelos emocionales al sol en un lejano Oeste que nos es muy próximo. DIY travesti para encender las calles. Lenguas y cuerpos enroscados en la desmesura. Cartas de amor, sencillas y tiernas. Actrices bigger than life chocando con la apatía de la burguesía. Payasos al borde de un ataque de nervios. Creatina ponzoñosa para hipermuscular conciencias. Una polifonía de voces femeninas en mitad del silencio que oprime. Y un retorno al pasado para impulsar el futuro. Nuestro Top 10 es un homenaje a la «Q»: a la de la química que nunca se quiebra, a la de las cosas del querer, a la de lo queer. Y al ¡qué más da ser apasionados!
10.
«La mancha» de Enrique Aparicio
(Plaza Janés, 2024)
Prácticamente magia. Eso es lo que consigue ofrecernos Enrique Aparicio (Alpera, Albacete, 1989) con su primera novela. «La mancha» es el triunfo de la generosidad sobre la nostalgia. La victoria del sosiego frente a la venganza. Un himno generacional que apela directamente a los maricas adolescentes de la primera década del 2000 pero que está afinado con el diapasón del dolor y la vergüenza de todas y todos los que los precedieron. Con una estructura narrativa punteada entre dos épocas, en una suerte de diálogo imposible entre dos personas que no olvidan a qué clase social pertenecen y padecen en carne viva la mancha del fracaso que les ha dejado el sistema que las quiere mansas, el primer libro de Enrique Aparicio esconde tesoros inesperados.
9.
«Asuntos mal tratados» de Jorge Marchant Lazcano
(Cuarto Propio, 2024)
Una historia de amor entre mujeres. Una novela coral sobre la fuerza de una familia de mujeres unidas a través del cruce del tiempo y las circunstancias; un mundo donde convergen dos epidemias que han sacudido el recorrido de la humanidad: el sida y el covid. El escritor chileno Jorge Marchant Lazcano (Santiago de Chile, 1950) incursiona en la narrativa de tema lésbico con pasajes cinematográficos, humor inteligente y una rigurosa aplicación del periodismo feminista del siglo pasado para continuar con el legado e ir a lo más hondo de las relaciones humanas. «Asuntos maltratados» es una novela sobre cómo el encierro puede poner en jaque a sus protagonistas o, en dado caso, llevarlas hasta los límites de su propia libertad.
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8.
«Dinosaurio» de David Pascual
(Colectivo Bruxista, 2024)
Puedes referirte a ella como meteorito literario, artificio pop capaz de resignificar la etiqueta «de culto» o novela oscura, inquietante y puñeteramente emocionante. No te equivocarías en ninguna de esas tres aproximaciones. Pero la novela de David Pascual es eso y mucho más. En «Dinosaurio» un niño se hipermuscula en una casa cercana al bosque donde vive con sus padres y su hermano, al que quiere reventar a hostias. La familia, abonada a la fe de la tortuga ninja Donatello cuyas escrituras señalan que «el camino hacia el cielo sólo podrán cruzarlo (…) los hombres fitt que hagan de su austeridad y sus músculos un templo», aguarda la inminencia del apocalipsis. Pero en mitad de la devastación brota una flor del mal: Dinosaurio, un hombre viejo que vive en el bosque y que el niño considera su novio con el que hace el roma. Una relación homosexual luminosa por bizarra y tierna por tenebrosa.
7.
«Payaso» de Luis Maura
(Dos Bigotes, 2024)
Luis Maura (Ciudad Real, 1983) dibuja en nuestro rostro una mueca que a veces muta en carcajada y otras, en mohín atribulado. Poca broma. Recorrer las casi doscientas páginas de esta novela es subirse a la furgoneta («bolloneta») de la diversión para emprender una excursión a coordenadas geográficas y sentimentales de enjundia: la amistad, el fracaso, la precariedad o el abuso de poder. ¿Podría entenderse, Hitchcock mood, que «Payaso» es un ingenioso mcguffin —con homenaje explícito incluido— para, quien no quiere la cosa, contarnos una historia sobre la concepción del éxito, la añagaza sibilina con la que los agentes económicos y sociales inoculan en nosotros la losa de la derrota y la decepción y el hilo dorado (la amistad y el cuidado) que nos sigue manteniendo en pie? Totalmente.
6.
«Tesis sobre una domesticación» de Camila Sosa Villada
(Página/12, 2019; Tusquets, 2024)
Un marido gay, guapo y acaudalado, su amante más joven, un hijo seropositivo adoptado, un director de escena macho y violento, una estirpe envidiosa, una madre hechicera, la familia disruptiva. Desafiante es la lectura de esta novela que va contra cualquier precepto, conservador o liberal, de la vida conyugal. Sin duda, sobresaltará a más de un lector que no le quepa en la cabeza cómo es posible que una travesti pueda ser tan mezquina y no sufrir por ello; que un homosexual o una veterana prostituta no estén batallando por ser mejores personas. Pues, sólo basta una travesti para alcanzar a torcer la vida de un hombre, de una familia, de una institución, de miles de lectores. Un libro que no se da el lujo de caer en el privilegio de la fragilidad y, sin embargo, es poseedor de una ternura avasallante.
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5.
«La siesta del carnero» de Ramona Gautier
(Egales, 2024)
La escritura de Ramona Gautier asoma desde las tensiones amorosas in crescendo hasta la culminación de la delicadeza sexual en un romance lésbico principiado por correspondencia. Es 1984 en Canarias. «La siesta del carnero» trata sobre el flirteo de dos mujeres que se buscan entre el misterio de las citas acordadas y el poderoso deseo cautivo en el lenguaje de sus cartas. Una época en la que el amor sáfico en la España del siglo xx estaba vedado, incluso en la psique de los ciudadanos, pero vuelto éxtasis puro en las emociones calladas de sus enamoradas. Una novela epistolar e intimista al mejor estilo de la pasión que nuevamente se atreve a gritar su nombre.
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4.
«Esta cuerpa mía» de Uri Bleier
(Alfaguara, 2024)
Mónica es víctima de estafas y vejaciones, incursiona en el trabajo sexual; cede a los vicios y al veneno de los corazones rotos. Pero «Esta cuerpa mía» no es una historia de debacle y recuperación. A pesar de que haya una fila larga de infortunios que atraviesan las que nacieron bajo las sombras de la primavera que Dios olvidó, la novela habla de la sabrosura, el requetumbe de lo guapachoso, la alegría de vivir conociendo los colores del infierno. Las malas rachas y el tórrido paraíso en la frontera contrastan con el temple y la determinación de la personaje para seguir adelante y buscar aquello que sigue después de la rabia. Lo más complicado para Mónica no es sobrevivir a las tragedias, esa piel la tiene bien curtida, lo realmente difícil es saber qué hacer después de ellas. La apuesta de Uri Bleier por contar el ego de una cuerpa trans mancillada con perfume de cliché, exuda el mágico hedor del desquite. Bienvenidas sean a una novela sobre las extravagancias de la dignidad.
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3.
«Cuerpos para odiar» de Claudia Rodríguez
(Barrett, 2024)
Habla por su diferencia. Y lo hace tan bonito que Claudia Rodríguez (Santiago de Chile, 1968), reina madre del activismo trans latinoamericano (y mundial), crea toda una nueva forma de narrar. Una prosa corporal que se encariña en duermevela con el rococó de Lemebel y aboca a un lenguaje híbrido, a una oralidad mestiza en forma y fondo que rezuma vanguardia y canaliza el relámpago creativo de lo travesti. Recopilación de escritos —poesía, no ficción, historias noveladas…— que escapan a cualquier definición prestablecida publicados con anterioridad en sus (ya objetos de culto máximo) fanzines autopublicados, «Cuerpos para odiar» impacta y asombra desde la conversación inicial con Mariana Enríquez, la editora por un libro de 2024 de la editorial Barrett que los ha compilado para la posteridad. Megamix literario brutal. El artificio bailando con la carne: «Tengo la impresión de ser yo la única que repara en esto de ser mentira».
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2.
«La balada de la mano de oro» de Kadmon & Penderton
(niños gratis, 2024)
El escritor y guionista Albert Kadmon (Lleida, 1992) y el editor y escritor Weldon Penderton (Lobera de Izfalada, 1977) han gestado un wéstern cinemático y melancólico, queer y corajudo, sucio y luminoso. Una novela corta que bucea lejos del relato oficial y desmonta los estereotipos que han circulado respecto a la masculinidad y a los roles de género en las historias del Far West. Una narración de ribetes clásicos —en la que entran ganas de quedarse a vivir durante muchísimas páginas más—, pespunteada con elipsis colocadas con extrema precisión y capaz de desplegar un abanico temático (identidad, género, colonialismo, espiritualidad, ¿progreso?…) con el que aventar a los dogmas de lo normativo.
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1.
«Ciertos chicos» de Alberto Fuguet
(Tusquets, 2024)
Después de ocho años de ausencia literaria, el escritor chileno regresa con «Ciertos chicos» una historia de afectos sobre jóvenes díscolos y su pérdida de la discreción, la búsqueda por conectar y el espectro de un régimen que marcó las adolescencias. Alberto Fuguet (Santiago de Chile, 1963) teje la novela a través de sus obsesiones por la cultura pop, la cultura under, su melomanía, sus lenguajes cruzados: el español y el inglés, el guion y los soundtracks, el teatro y el periodismo, el mundo analógico y el digital. El Chile de los años 80. Esta es la historia de Tomás Mena y Clemente Fabres.
Saber cumplir órdenes durante la dictadura era ser masculino. El tratar de ser único o aislado o evidenciar una sensibilidad alternativa no solamente les convertía en disidentes del régimen, sino en bastardos culturales. Los personajes de la novela tienen en común la música, la lectura, el fanzine, el cine, las ganas de pertenecer a otra cosa, establecer conexiones diferentes y disfrutar el deseo; formar parte de la contracultura; sofisticar su desenfado. Son jóvenes que habitan un país al borde del colapso aunque ellos recién comienzan a quererlo todo.
Para los protagonistas crecer en dictadura es habitar un mundo, chocar pestañas e intentar abrazarse sin la ropa puesta. Aprender a herirse por anticipado para no dañarse cuando se conozcan. En la dictadura de Alberto Fuguet las voces enamoradas hacen que las obsesiones valgan la pena; la frivolidad se vuelve revolucionaria.
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HEMEROTECA
2022 MEJOR LIBRO FICCIÓN LGTBIQ+: «Soy una tonta por quererte» de Camila Sosa Villada (Tusquets, 2022) Puedes repasar la lista completa de 2022 aquí
2023 MEJOR LIBRO FICCIÓN LGTBIQ+: «La mala costumbre» de Alana S. Portero (Seix Barral, 2023) Puedes repasar la lista completa de 2023 aquí