«Leche condensada» de Aida González Rossi

Cuando Alan Moore decida dar el paso y cambie personajes literarios por escritoras inmensas para que protagonicen «La liga de las mujeres extraordinarias», ahí estará Aida González Rossi (Santa Cruz de Tenerife, 1995). Pasando pantallas junto a Andrea Abreu, Elisa Victoria y Sara Torres. Acorralando a villanos al final de cada nivel y alimentando una literatura excelsa que en el plano teórico se enfrenta a los juegos del lenguaje de Wittgenstein («lo mejor de la escritura es lo imprevisto. Inventar una lengua que aún no existe», apunta la escritora canaria) y en su configuración formal desenfunda con destreza el arma supersónica de la oralidad tinerfeña para ganarle cualquier duelo al sol al anquilosamiento academicista.

«Leche condensada» (Caballo de Troya, 2023) es un espectacular poema-río del siglo XXI metamorfoseado en una novela-playa en la que podríamos quedarnos a vivir porque en ella abocan los grandes temas que trenzan nuestras emociones. El paso de la niñez a la adolescencia vestido de mudanza física y espacial. La habitabilidad en el propio cuerpo no normativo. La búsqueda de palabras para atrapar sensaciones nuevas. Las violencias y acosos intrageneracionales de los que se habla poco pero que marcan a fuego. Los momentos «jediondos» cuya fragancia nos va a acompañar de adultos. El hilo invisible que une las sensibilidades queer que se reconocen sin mediar palabra. La escritura como tablero de juego para retar al tiempo. De todo ello se ocupa Aida González Rossi a través de Aída, una muchacha de doce años que percibe que el momento en el que todo está a punto de cambiar «es ahora, la vida, la magia-jedionda-mágica. Es el lol, juas, jajaja, jaja, lolol…».

Si ya nos deslumbró con el poemario «Pueblo yo» (Libero Editorial, 2020) en «Leche condensada» Aida crea un avatar con tilde (Aída) y se aventura, a través de doce capítulos (titulados -y no de manera azarosa- con nombres de doce ataques pokémon) y un epílogo con los símbolos del Frente Batalla de «Pokémon Esmeralda», en una partida épica cuyo desarrollo revienta los límites de la narrativa. Y lo hace pariendo una deliciosa mezcolanza de voces (videojuegos, chats, lírica, prosa…) y gestando unas reflexiones tremendas («el llanto es una cosa enrevesada (…) puedes llorar porque te pegaron y puedes llorar porque pegaste (…) y aunque todos los motivos sean distintos, los llantos suelen ser iguales») que vislumbran el advenimiento de una escritora a la que no hay que parar de recomendar. No solo porque consigue revestir de alta literatura una pasarela desacreditada por los «entendidos» ya que solo podía estar destinada a acoger propuestas marginales (por periféricas) y toleradas con una hiriente condescendencia sino porque se marca una actuación estelar (a lo Taylor Swift) con una road manager de lujo (la edición de «Leche condensada» es responsabilidad de Sabina Urraca, en su primera obra como editora invitada del 2023 en el sello editorial Caballo de Troya).

Sí Aída. Ya solo toca bailar, no necesitamos que nadie nos sostenga la mano.

LECHE CONDENSADA de Aida González Rossi. Primera edición: Caballo de Troya, 2023. 176 páginas. ISBN:978-84-17417-58-1

Puedes comprar «Leche condensada» aquí 

¿Tienes algún comentario?

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

MÁS RESEÑAS