El destierro es la vida en un desierto absoluto, te deja solo en el mundo rodeado de arena yerma. Veo la falta de referentes como una especie de destierro cultural. A largo plazo se consigue invisibilizar el trabajo de los pioneros, borrar los movimientos, las trayectorias, los vínculos y las raíces que tanto han tardado en crecer y dar frutos. Si conoces los referentes, puedes callar la boca que diga que todo eso (pioneros, movimientos, vínculos, raíces…) nos lo estamos sacando de una chistera caprichosa. Si te hacen creer que no los hay, porque te los ocultan, a quien obligan a callar es a ti.
En todas las épocas podemos encontrar referentes gais. También, es verdad, opiniones en contra. En ninguna sociedad las cosas han sido blancas o negras. Tampoco hoy. Si hurgas un poco, durante una misma época encuentras personalidades que defienden una tesis y otras que predican su contraria, o una tercera o cuarta. Por ejemplo, de Orígenes (c. 184-253 d. C) y Tertuliano (c. 160-220 d. C) se sabe que rechazaban el sexo incluso en el matrimonio, mientras que Basílides (c. 120-c. 140 d. C) o Carpócrates (s. II d. C.) abogaban por el amor libre, no monógamo. Cada uno arrimando el ascua a su sardina.
La mayor institución, aunque no la única, que ha tratado de anular cuantos referentes gais encontrara, posiblemente sea la iglesia católica. Durante la época grecorromana, las relaciones entre hombres eran una cuestión social. En Grecia no se distinguía entre un hombre homo o heterosexual. Su postura se acercaría más a lo que hoy llamaríamos bisexualidad. Amaban lo que les parecía bello, con independencia de si eran hombres o mujeres. Los individuos alternaban sus preferencias sin que esto causara ningún tipo de conflicto social ni personal.
En Roma el papel de la mujer está más ligado al ámbito doméstico, por lo que es ella quien se encarga de la educación de los hijos. Eso conlleva que, poco a poco, las relaciones entre los jóvenes y los adultos tiendan a desaparecer y acaben solo practicándose con prostitutos o esclavos. La función educativa desaparece. Pero su mentalidad se amplía por la influencia de los territorios conquistados en tierras orientales.
Todo esto cambia radicalmente cuando comienza la influencia del Cristianismo. En sus obras empieza a definir las conductas pecaminosas como aquellas que no conllevan la reproducción. Le dan significado a palabras concretas, las cuales definen los actos específicos. Establece que lo que se da fuera del matrimonio es contra natura. Su discurso represivo avanza. En el IX, define la homosexualidad como “maldad criminal”. En un libro del XI, por primera vez, habla de castración.
En el XIII, se considera que la sodomía es un pecado que trae mala fama, genera grandes males y se pena con la muerte. Como ejemplo, ponen la historia de Sodoma y Gomorra, que toman como un hecho histórico. Las monarquías aprovecharán el río revuelto para sacar beneficio, al convertir el pecado en delito. Ya no solo se ofende la ley de Dios, también la del hombre.
La historia de Sodoma convierte la homosexualidad en un pecado muy grave (por la manera que fue juzgado), comunitario (los castigos afectaron a todos), que acaba transformado en delito debido al poder de la Iglesia y que, al final, sirve como herramienta de control y afianzamiento de las nuevas monarquías. Lo que debería hacernos reflexionar sobre cómo ciertos regímenes, que buscan reforzarse, crean nuevos delitos con la intención de aumentar su control sobre las poblaciones y reducir su individualidad.
En el cuento bíblico, Dios pidió a Abraham dejar su tierra, convirtiéndolo en migrante. Él aceptó y Lot, su sobrino, que iba a acompañarlo, finalmente decidió instalarse en Sodoma, una tierra hermosa y fértil en la que no había ni un hombre justo. Que todos fueran malvados pecadores no pareció arredrar a Lot.
En lugar de tratar de convencerlo para que no se estableciera allí, Dios decidió destruir la ciudad. Pero antes, tenía que asegurarse de que no había otra solución. Así de considerados son los seres omniscientes. Entonces, envió a dos ángeles a la ciudad, pues anhelaba encontrar una razón para no destruirlos, razón que Él sabía no iban a encontrar.
Los ángeles, convertidos en hombres, llegaron a Sodoma. Hablaron de pasar la noche en la plaza, pero Lot, recordándoles dónde estaban, los convenció para pernoctar en su casa. El resto del pueblo se enteró y se formó un gran tumulto. Al parecer, los hombres intentaron sacar a los dos visitantes (recordemos: ángeles convertidos en hombres) para acostarse con ellos.
Inciso: aquí, echo de menos la descripción de los ángeles. Como dudo que Dios los transmutara en la pura fealdad, he buscado cómo se describen en la Biblia. La que parece la descripción más detallada es la de Daniel 10: 5-6, en el Antiguo Testamento: «Levanté los ojos y vi ante mí a un hombre vestido de lino, con un cinturón del oro más refinado. Su cuerpo brillaba como el topacio, y su rostro resplandecía como el relámpago; sus ojos eran dos antorchas encendidas, y sus brazos y piernas parecían de bronce bruñido; su voz resonaba como el eco de una multitud». En la web religiosa gotquestions.org se dice: “Cualquier aspecto que tomen los ángeles, hay razón para creer que son increíblemente hermosos. Ezequiel nos dice que Lucero fue «levantado» en orgullo por su belleza. Además, se espera que los ángeles, que están continuamente delante de Dios, tengan una belleza extraordinaria porque la gloria de Dios se refleja en todo lo que está a Su alrededor”.
En el ataque a la casa de Lot, los ángeles, menos proclives a entablar negociaciones que el Jefe, dejaron ciegos a todos los que intentaban derribar la puerta y le indicaron a Lot que, habiendo confirmado la perversidad de sus habitantes, la ciudad sería destruida inmediatamente. Cosa que Él ya sabía que acabaría sucediendo. Dios destruyó ambas ciudades con una lluvia de fuego y azufre.
La Biblia es el libro más vendido (solo en 2021, cien millones de ejemplares). Un referente para miles de millones de personas de cien países, que la leen a diario en 23 idiomas. Su impacto ha sido tan poderoso que en ocasiones ha barrido con todo a su alrededor. Referirse es, según la RAE, dar a conocer un hecho de palabra hablada o por escrito. Y el referente, una cosa tomada como modelo de otra.
Por eso es tan importante recuperar referentes, saber que hay modelos antiguos y modernos. Sócrates, Platón, Alejandro Magno, Julio César, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Oscar Wilde, Lorca, Sylvia Rivera, Jordi Petit, Ulrichs, Zerolo, Amenábar… Y más, muchísimos más. Solo hay que quitarse la venda de los ojos y sacudirse la arena que nos han pegado haciéndonos creer que son legañas, para ver un vasto vergel en lugar del triste desierto infinito al que algunos nos quieren desterrar.
Twitter Bastian Baltux: @bastian_escrito
Excelente Artículo. Invito a la gente que lo lea detenidamente es muy interesante. Felicitaciones al autor
Muchísimas gracias por tu lectura, Jose.
Estimado Bastian: Tu articulo es una reflexión preciosa y a la vez dolorosa de lo que sucede con los referentes. Ya no desde la perspectiva en la que lo planteas, sino en la vida en general. Porque si nos censuran, nos borran las referencias, nos dejan, como bien dices tu, secos y lo que es muchísimo peor sin posibilidad de saciar la sed. Gracias por compartir tu reflexión.
Agradecemos tu lectura y reflexión sobre el artículo de Bastian. Enhorabuena para él, y gracias por visitar nuestra plataforma.