«Los bloques naranjas» de Luis Díaz

Sin puntos ni comas. Sin guiones, ni mayúsculas, ni comillas. Con capítulos que son en realidad poemas vanguardistas que describen una escena cotidiana y la elevan a arte conceptual. Así es como se retrata aquí la adolescencia de barrio, entre la felicidad y la tristeza, el ansia y la desgana, y nos hace preguntarnos cómo se forjan las amistades masculinas.

“Los bloques naranjas” (Caballo de Troya, 2023) es una de las seis joyas que Sabina Urraca ha pulido como editora efímera de Caballo de Troya este año 2023, en las que ha apostado por historias alternativas y “periféricas”, narradas con lenguajes atípicos, y entre las que también se encuentra “Leche Condensada” de Aida González Rossi, ya reseñada en Un Cuarto Oscuro.

En esta colección encaja la obra de Luis Díaz (Alcalá de Henares, 1994), que fue ganador del IV Premio de Poesía Irreconciliables con su poemario “Hombres con un diente de leche” (Cántico, 2020) y que no ha abandonado el lenguaje poético al pasarse a la estructura de la novela.

En los “Los bloques naranjas”, Díaz narra fragmentos del día a día de un chico cualquiera en un barrio de extrarradio: edificios de ladrillo con toldos en los balcones, grupos de chicos sentados en los bancos, fumando, comprando en los chinos, paseando en moto, apostando o metiéndose en líos. En ese contexto surge la amistad entre chavales, casi de forma espontánea, con la facilidad de pedir un chicle, pero con un trasfondo más profundo “porque seguro que en todo este tiempo siempre hubo dos o más chicos haciéndose compañía en algún lugar como seguro que está pasando en este instante porque los chicos descubrieron una cosa y esa cosa era que si se hacían compañía se sentían menos solos”.

El desarrollo de estas relaciones nos hace plantearnos algunas cuestiones: ¿Y si la amistad masculina se basa en la incomunicación? “a veces cuando se juntan dos o más chicos hablan poco y cuando hablan no dicen lo que quieren decir”. ¿Y si esa incomunicación parte de la incapacidad para entendernos a nosotros mismos? “tengo miedo de no saber explicar lo que siento como si en mi cabeza y en mi pecho hubiese un manual de instrucciones pero cuando lo abres descubres que está en otro idioma”.

La conclusión parece indicar que las amistades que estrechamos en nuestra adolescencia están marcadas por la necesidad de satisfacer unos impulsos antes siquiera de entenderlos y mucho menos verbalizarlos. Entre ellos se encuentra, por supuesto, el deseo sexual, que titula y protagoniza la parte central de la novela: “deseo ser deseado que los ojos de alguien se queden en mí como los gorriones en las ramas de un árbol sin hojas”. A través de imágenes concretas y explícitas se traslucen mensajes mucho más sutiles que nos hablan de cómo la necesidad de compañía y la identificación con los iguales se convierten en atracción, no necesariamente homosexual, pero sí homoerótica, en la que se mezclan la soledad, la inseguridad o los celos con las erecciones involuntarias y la masturbación compulsiva. Todo, eso sí, con un lirismo insospechado, incluso en los escenarios y situaciones más vulgares, porque tal como escribe el autor: “estamos obligados a encontrar la belleza donde nadie la había visto hasta ahora”.

LOS BLOQUES NARANJAS de Luis Díaz. Año de publicación: 2023. Editorial: Caballo de Troya (Penguin Random House). 120 páginas. ISBN: 978-8417417666


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