Familias Iguales, cuentos para dormir feliz

La fundación Iguales en Chile recopiló diez cuentos ilustrados con aventuras basadas en familias homoparentales y lesbomaternales. Una delicia visual y una enseñanza profunda.

Dicen que en la infancia, cuando todo es un constante ir y venir de porqués, un siempre ayúdame a entender, otro poco de para qué sirve esto, ‘qué es esto’ y sobre ‘qué es lo otro’, es cuando somos más inocentes, cuando la mente abierta empieza a enraizar recuerdos y saberes. Es el avance inexorable de la vida, el miedo, los prejuicios, el verbo saber, el que nos va corrompiendo.

No hay niño, niña, niñe malo, dicen ensayos, estudios y la empiria. No hay. Por eso que quizá es el mejor momento para educar, y me quedo aquí con la segunda acepción de la vilipendiada RAE para definir esa palabra: “Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos”.

Justamente de eso trata el tremendo texto que presenta la Fundación Iguales de Chile, «Familias Iguales, cuentos para dormir feliz«, que en diez aventuras fantásticas redactadas por escritores que no pertenecen necesariamente al género de la literatura infantil, conversaron con 10 familias homoparentales y lesbomaternales para dar vida a estas historias. Todas, ilustradas exquisitamente por Gabriel Ebensperger, la persona detrás de otro libro de historietas firmado con el seudónimo de Gay Gigante.

En la compilación está, por ejemplo, la historia ‘El gran nido de Borja’, cuyo relato fue basado en la familia Essus Fouillioux. En él, un infante busca ayudar sin importar nada más a una madre pájaro a buscar su nido, y descubre que en la naturaleza también hay familias fuera de serie. O fuera de la norma que nos impone la sociedad. Mamá, papá, abuelos, no siempre va así. Y eso busca el libro: sacarse esos amarres.

Leerlo, hoy como adulto, con todo el grosor de conocimiento que uno ya tiene impregnado por la vida, es una señal potente de que, como humanidad, estamos a tiempo. Proyectos como estos sirven para abrir la mente a familias no homoparentales ni lesbomaternales de que la norma no siempre es la que manda. Y que el amor, al final de todo, es más fuerte.

También pienso en todos esos niños que, leyendo esto, y viendo a sus dos mamás, sienten que el mundo es un lugar mejor y que ellos también están representados en los cuentos infantiles. Cuánta virtud y amor hay detrás de ese sencillo gesto. Cuántas ganas de haber leído esto a mis ocho años, en vez de la historia Disney de los 90 con príncipes azules y princesas encerradas en castillos.

“La población más joven tiene internalizado todo esto. No están contaminados, ven todo como natural. El libro lo que busca es llegar a todas esas personas que tengan anticuerpos y con esto puedan derribarlos”, dice a Un Cuarto Oscuro desde Santiago de Chile, Carlos Castillo, Jefe de Proyectos y Recaudación de la Fundación Iguales.

Por eso el objetivo del texto es repartirlo entre empresas con miles de trabajadores y trabajadoras y hacer jornadas de lecturas para que todos puedan ir compartiendo sus vivencias.

El libro, por lo demás y para no tentar a poblaciones homofóbicas a opinar -como siempre- mal, no adoctrina, no inculca nada, ni llama a nadie a hacer algo. Lo que busca, en un lenguaje plagado de palabras infantiles, actividades cotidianas de la vida al comenzar, y palabras sencillas, es transmitir aventuras cuyos protagonistas en algún momento se ven enfrentados a una realidad cada vez más cotidiana: tienen dos papás o dos mamás. Nada más, ni -vaya- nada menos.

Cuenta Castillo que les ha pasado que en una actividad de cuentacuentos, los niños y niñas solo se ríen o se sorprenden dependiendo de la historia, y la incomodidad se genera en los padres que los acompañan. “Nunca, ningún niño, dijo algo o se sorprendió porque el personaje del cuento tiene dos papás. Las caras de extrañeza son de los padres, y a ese público apuntamos”, recalca.

La historia del origen del libro, que incluye a autores de la talla de Florencia Richards, Carla Guelfenbain, Paola Molina, Marcelo Simonetti, Trinidad Castro, Patricio Mena, Maivo Suárez, Eduardo Plaza, Carolina Brown y Macarena Araya, retrocede hasta 2021 cuando en Chile se estaba discutiendo el proyecto de ley para legalizar el matrimonio igualitario con filiación. Las 10 familias que se incluyen en el libro, fueron las primeras en contraer este vínculo legal y simbólico en Chile, y formaron parte de una potente campaña de sensibilización a los políticos para que aprobaran la norma.

El día de su promulgación -y la imagen es hermosa, búsquela en Internet- se ve al Presidente de Chile rodeado de niños, niñas y niñes jugando en el suelo. La imagen, planificada o no, es perfecta.

Hoy el libro lo reparten solo en la Fundación, tras un trabajo de autoedición e impresión, pero están buscando hacer una nueva edición, y también digitalizarlo para que llegue a más países.

Las formas de hacer familia, la libertad del amor, y el respeto a las infancias, todo, reunido en un hermoso libro de poco menos de 90 páginas.

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