Son gemas extrañas porque poco tienen que ver con lo que estamos acostumbrados. Algunos, por su propuesta estilística radical y audaz. Otros, por lo novedosos y atrevidos que fueron para su época. Pero los 5 libros LGTBIQ+ que te presentamos a continuación están tallados por el mismo patrón: el de las obras difíciles de olvidar.
«Limbo» de John Templanza Better
(Seix Barral, 2020)
John Templanza Better (John Better Armella) (Barranquilla, Colombia, 1978) escribió «una historia de horror en el Caribe» a partir del recuerdo infantil de un niño muerto sin bautizar que visitó junto a su madre de pequeñito. Un bebé que mantenía los ojos abiertos mediante un par de palillos incrustados en los párpados. Con esa argamasa poderosa, el escritor colombiano construye todo un mundo hipnótico repleto de referencias e imágenes alucinantes.
«Limbo» se articula alrededor de Ninfa y Orfa, dos gemelas albinas descendientes de Santa Faustina Kawalska -la religiosa polaca a quien la Divina Misericordia le permitió ver el Purgatorio, el Cielo y el Infierno-. Las Hermanas Duplicadas reciben en Crisantemo, el pueblo donde residen, a niños muertos sin bautizar atrapados en el Limbo pero que gracias a su don son liberados de su tormentoso destino. Hasta que un bebé intersexual llega a ellas y entonces… Entonces nos sumergimos de lleno en la noche de la Better, en los dominios de un cronista melómano que entrelaza (con una habilidad pasmosa) lo profundo con el humor y lo violento con lo cotidiano sin que se noten las costuras.
«Media hora más contigo» de Jane Rule
(1964; Egales, 2005)
Jane Rule (New Jersey, EE.UU, 1931 – British Columbia, Canadá, 2007) llegó a Canadá huyendo del macartismo norteamericano a mediados de la década de los años 50 del siglo pasado. Y allí, gracias a «Media hora más contigo»( Desert of the heart, 1964) se convirtió en toda una referencia para las lesbianas del país y para todas aquellas personas que se acercaban a sus charlas pedagógicas sobre lesbianismo en un época plagada de fantasmas.
La escritora canadiense sitúa la trama de su novela en Reno, una de las ciudades del juego en EE.UU a orillas (como Las Vegas) de un gran desierto. Allí llega Evelyn Hall, una profesora de la Universidad de California dispuesta a gestionar su divorcio tras muchos años casada con su marido. Durante los días de espera, Evelyn se enamora de Ann Childs (una trabajadora de un casino bastantes años más joven que ella). Los engranajes morales, afectivos y emocionales de la profesora se desmontan para comenzar a reconstruirse de nuevo engrasados con una libertad desconocida hasta ese instante; con un poder reparador al que Jane Rule hace un guiño en el título original del libro referenciando un verso de W.H.Auden: «En el desierto del corazón / deja que comience la fuente sanadora».
«Grutesco» de Yordan Rey
(Autopublicado, 2020)
Espoleada por un ritmo frenético, retorciendo significados y significantes y abonándose a una belleza lírica huérfana de convencionalismos, «Grutesco» -la obra de Yordan Rey (La Habana, Cuba, 1982) originariamente escrita para teatro- es una novela de aprendizaje cruelmente hermosa. Y una patada reflexiva y aguda a cualquier base teórica sobre las «literaturas del yo». Ficción, realidad, memoria y experiencia se maceran aquí sin atropellos.
Adel (el niño afeminado protagonista) galopa como un jinete azul a través de un mundo machista, homófobo, patriarcal y asfixiante. Sus ansias de metamorfosearse en otros cuerpos, de escapar del suyo y de volatilizar el estigma se nos inoculan frase tras frase. Hasta tal punto, que caemos rendidos a su mirada indagadora y fresca.
«Grutesco» (la «grotesca criatura de gruta») vendría a ser, salvando todas las distancias pero rascando lo nuclear, el reverso queer, onírico y caribeño de la desgarradora «Vengo de ese miedo» (Tusquets, 2022) de Miguel Ángel Oeste. Un disparo, a bocajarro, al andamiaje social tradicional.
«Sirena Selena vestida de pena» de Mayra Santos-Febres
(2000; Planeta México, 2016)
Mayra Santos-Febres (Carolina, Puerto Rico, 1966) festejó el alumbramiento del siglo XXI publicando una novela que no solo se ha revelado sustancial con el paso de las décadas sino que ha alcanzado (merecidamente) una pátina de trascendencia transmitida con ímpetu por sus devotos admiradores. «Sirena Selena vestida de pena» despliega sobre el trasfondo del avance del VIH una trama cautivadora en la que el travestismo y la transexualidad devienen metáforas poderosas y performativas contra el neoliberalismo y la herencia colonial, al mismo tiempo que desestructuran las categorías binarias de género y sexo.
Anexionando adjetivos femeninos a sustantivos masculinos, hurgando en la flexibilidad y la elasticidad de la identidad y entonando la voz de los excluidos, Mayra Santos-Febres enhebra en las páginas de su novela la historia de un joven gay que canta de manera prodigiosa y que es «tutelado» por Martha Divine, la dueña travestí del bar «El Danubio Azul». A partir de ahí, la vida misma se apodera de sus existencias (o no). Porque aunque pensemos que sabemos quiénes somos siempre podemos «salir a ser otras».
«Las fábulas del deseo y otros poemas» de Aphra Behn
(SIAL Ediciones, 2004)
Si, como proponía Virginia Woolf, has visitado Londres y has llevado unas flores a la tumba de Aphra Behn (Kent, Inglaterra, 1640 – Londres, 1689) en la Abadía de Westminster entonces ya debes saber que esta enigmática y escurridiza escritora inglesa (espía, libertaria, bisexual, conservadora) fue una de las primeras mujeres que consiguió vivir de la literatura. A la sombra de su figura se ha ido generando una colección de historias no contrastadas que alimentan su aura de misterio. Pero que no cuestionan la grandeza de una mujer que decidió saltarse las encorsetadas normas de su tiempo y publicar versos en los que el deseo se adentra por caminos torcidos.
Los poemas recopilados en «Las fábulas del deseo y otros poemas» son una muestra de su esplendor literario. Con una rima desinhibida y un manejo absoluto de los resortes líricos más agradecidos, Aphra Behn planta su semilla de pionera en un terreno (oficialmente) yermo hasta su presencia.